La importancia de cambiar de opinión
Publicado de Rocío Herranz Moratilla en Psicología · 2 Abril 2016
Puede que cuando leas esta entrada no te sorprenda el título, o simplemente pienses: ya lo sé. Pero la realidad que yo me encuentro de manera más habitual es que en un porcentaje elevado de los casos que atiendo y no sólo en consulta, sino en los de preparación al parto, grupos de padres y apoyo, etc... es que nos sentimos atados, sometidos diría, en la mayoría de los casos por algo que manifestamos en alto o pensamos en un momento previo. Esto está relacionado con el proverbio árabe “eres exclavo de tus palabras y dueño de tus silencios”.
Yo diría que cambiar de opinión ayuda a evolucionar y es muy saludable. Por supuesto me refiero a la duda. No a aquella duda insegura y limitante, sino aquella que en virtud de tu conocimiento, información adquirida y valoración de los hechos te hace replantearte alternativas.
La duda por tanto puede no sólo ser sana, sino un gran impulso hacia la evolución y el conocimiento de uno mismo.
La vida, las circunstancias, y sobre todo tú cambian; no vivimos anclados en el pasado, aunque muchas veces lo parezca.
No hace falta irnos a grandes cambios de opinión, sino a cosas sencillas y cotidianas:
- "¿Quiero acudir a esa comida?"
- "¿Sigo compartiendo mi vida con alguien con quien veo que no funciona porque hace un año decidí concedernos una oportunidad y creí que podríamos?"
- "Dije que no quería epidural y ahora tengo que ser consecuente".
- Etc…
Indaga en tí, en tus conocimientos y sentimientos, infórmate. Es muy personal y creo que sano, y después decide.
- Si mañana te das cuenta que los comensales de esa mesa no te aportan nada y prefieres un libro o la compañía de tu perro, ¿qué te impide cambiar de idea y decir “no voy”?
- Si tu pareja sentimental no os suma y encima te resta, se coherente con tus sentimientos y realidad presente.
- Estás de parto y de repente tú crees que la epidural te ayudaría, pero el día de la entrevista con el anestesista le dejaste claro, al igual que a tus familiares y amigos, que tú querías un parto natural y que si tu madre pudo tú también, no pasa nada. Recuerda que puedes cambiar de idea.
Tú eres el dueño de tu vida, no deberíamos pensar que lo que dijimos, pensamos o hicimos impida que evolucionemos.